El Balneario del Carmen y los Astilleros Nereo son dos proyectos empantanados a pesar de que cada vez son más las voces de la sociedad malagueña que plantean soluciones para conservar la esencia de este espacio.
ALFONSO VÁZQUEZ Si hay un rincón de Málaga en el que las administraciones parecen haber perdido el norte y tirado la toalla ese es el de los Baños del Carmen, unas instalaciones inauguradas en 1918 y que en el último cuarto de siglo han acentuado su decadencia.
La guinda de este proceso han sido los más de dos años de permanencia de un campamento okupa en los terrenos del antiguo camping, al que el Ayuntamiento de Málaga puso punto final esta semana, limpiando los terrenos y, de paso, desalojando a los ilegales. Un cortocircuito en agosto, provocado por el robo de cables de los okupas, con la consiguiente alarma vecinal motivó la actuación de los bomberos. Un informe de este cuerpo aceleró la actuación municipal, que hasta entonces se apoyaba en la falta de una orden judicial para iniciar el desalojo.
Los de los Baños son unos terrenos que, por cierto, pertenecen al Estado, al estar en zona de dominio público, aunque hay dos veteranas concesiones administrativas a empresas privadas: desde 1988 a las constructoras Vera y Acha y junto al balneario y desde 1966, a Astilleros Nereo. Las dos concesiones terminan en 2018, aunque la nueva Ley de Costas prevé que las concesiones puedan alargarse otros 75 años.
Los concesionarios han recurrido el proyecto de reforma de los Baños del Carmen, ese que anunció en junio de 2010 la entonces ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa, y que tiene detrás 20 años de cambios.
Presupuestado en 13 millones de euros, contempla rescatar las concesiones administrativas, la conexión del paseo marítimo del Morlaco y de Pedregalejo a costa de derribar los Astilleros Nereo, reordenar los jardines, regenerar la playa y recuperar el edificio del balneario, entre los puntos principales.
La espera judicial por los recursos de las concesionarias y la crisis económica han terminado por diluir las buenas intenciones de todos y hasta el anuncio hecho en abril de 2011 por el alcalde de Málaga de que al menos iba a invertir medio millón de euros para derribar el muro del balneario, mejorar los jardines y hacer un paseo peatonal (cifra aumentada a 740.000 euros en septiembre de ese año) ahora es papel mojado. Francisco de la Torre se escudó en que el anterior Gobierno socialista pidió a las constructoras que «planteara una acción de mejora porque el Gobierno no iba a tener recursos».
Con el plan municipal de mejora en entredicho y sin dinero a la vista en los Presupuestos Generales del Estado, al culebrón administrativo se suma la propuesta que ahora negocian con Costas las dos constructoras y que fuentes autorizadas precisan que consistiría en construir un hotel en la parcela del lavacoches, aparcamiento y convertir el balneario en un centro de talasoterapia.
Una propuesta más en la larga lista de proyectos para este rincón del Este de Málaga. Como recuerda Adolfo García, de la asociación de vecinos de Pedregalejo: «En 1988 con Pedro Aparicio en el Ayuntamiento, los entonces tres socios de la concesión del Balneario querían hacer un puerto, viviendas y en el parque del Morlaco un complejo hotelero de cinco estrellas, sobre espacio público también. La asociación de vecinos lo echó para atrás». También Astilleros Nereo propuso, en 1990, un gran puerto deportivo con mil puntos de atraque y, como recuerda Adolfo García, en la primera reunión en 1995 con el entonces concejal de Urbanismo, Francisco de la Torre, volvió a salir el Puerto en los Baños del Carmen. «El Centro de Experimentación de Dinámicas del Litoral presentó un informe diciendo que afectaría al litoral y las playas colindantes y se desechó totalmente», resume el dirigente vecinal.
Para Adolfo García, la propuesta de las constructoras concesionarias «es volver a reproducir la misma dinámica del año 88 sólo que no hay puerto y el hotel del Morlaco te lo bajan al lavado de coches». El portavoz vecinal considera que lo que hay que ejecutar es el plan que aparece en el PGOU, –que abría que cambiar junto al plan especial de los Baños si se aceptara esta propuesta–. Con respecto al cambio de parecer del alcalde, cree que el Ayuntamiento debe tirar «ya» el muro del Balneario para dar más visibilidad a la zona y evitar que vuelvan los okupas. (En esta semana, la zona del campamento está siendo vallada y los antiguos locales del economato y servicios del camping, tapiados).
El presidente de la asociación de vecinos de Pedregalejo, Antonio Delgado, se muestra más duro con la última propuesta de las constructoras. «No han hecho nada en estos años por desalojar a los okupas, manteniendo a los vecinos en una situación de intranquilidad», resaltó.
El presidente vecinal criticó que, desde 1988, las concesionarias «han tenido en un abandono total el balneario», de ahí que cuestione este proyecto: «No sé si aprovechando que no hay dinero para el plan, presenta una propuesta con la que se carga el plan general y el plan especial de los Baños del Carmen». A su juicio, se trata de un «pelotazo urbanístico» y reclamó que las reformas que se planteen se hagan dentro del PGOU.
Astilleros Nereo. Aunque físicamente se encuentra fuera de los Baños del Carmen, a continuación del muro del Balneario, el proyecto de remodelación afecta a Astilleros Nereo al pasar el paseo marítimo por sus terrenos, lo que implicaría la demolición del recinto.
Los astilleros no son unos recién llegados a Pedregalejo. Aunque Nereo comienza su actividad en 1966, en los mismos terrenos han funcionado diferentes astilleros desde 1919 y hay fotografías de reparación de barcos en este mismo rincón del barrio desde finales del siglo XIX.
De hecho, la Junta de Andalucía inscribió en 2008 la carpintería de ribera de Pedregalejo en el catálogo general del Patrimonio Histórico Andaluz, una decisión que los propietarios de Nereo, la familia Sánchez-Guitard, considera poco seria, puesto que protege la actividad pero no el sitio donde se realiza, que es lo que está en peligro con el plan anunciado en su día por Elena Espinosa.
Además del recurso contencioso administrativo presentado en su día, que cuestiona la utilidad pública de la reforma del Balneario del Carmen, Astilleros Nereo ha presentado un plan alternativo menos agresivo y que potencia la relación del barrio de Pedregalejo con el mar y la carpintería de ribera. Publicado en primicia por La Opinión en mayo de este año, propone crear, aprovechando el nuevo espigón de Levante, el llamado embarcadero de San Telmo delante de los astilleros, en recuerdo del puerto que en esta zona –la entonces playa de San Telmo– trasladó a finales del XIX las piedras de una cantera próxima para construir el nuevo puerto de Málaga. «Serviría de punto de encuentro de embarcaciones tradicionales», señala Alfonso Sánchez-Guitard, además de punto de unión de los dos paseos marítimos, con senderos desmontables de madera que, recalca, podrían hacer los propios astilleros. «Nosotros se lo regalamos a la ciudad junto con el embarcadero», resaltó.
El responsable de los astilleros, que cada vez cuenta con más apoyos de colectivos de Málaga, señala que «de aquí, no nos vamos a mover» y subraya la paradoja de que delante de Nereo existiera una amplia playa con un tramo usado para el varadero de los barcos que ha desaparecido y que, de haberse mantenido por Costas, habría ofrecido espacio suficiente para el fatídico paseo marítimo, aunque señala que hay espacio suficiente encima de los astilleros si el paseo hace una curva.
Sánchez-Guitard confía en que el Gobierno central rectifique y al tiempo que se felicita por el apoyo del grupo municipal socialista e IU a los Astileros admite: «No sé qué le pasa al alcalde». Los Baños del Carmen, en busca del norte perdido.
Expertos defienden en el Rectorado la continuidad de Astilleros Nereo. El viernes de la pasada semana tuvo lugar en el Rectorado de la Universidad una jornada sobre Patrimonio marítimo en Málaga, en el que empresarios, antropólogos, historiadores y expertos en turismo recalcaron el valor patrimonial de los amenazados Astilleros Nereo. El organizador de esta jornada, el catedrático de Historia Antigua de la UMA Fernando Wulff recalcó la «contradicción» entre el «pequeño giro» que tiene que hacer la administración desviando el paseo marítimo «y el daño tan grande que se puede hacer al patrimonio» si no se toma esa decisión y se derriban los astilleros.
Para Fernando Wulff, un paseo marítimo concebido como línea recta «causaría horror a cualquier urbanista» y recordó las palabras de la antropóloga de la Universidad de Sevilla, Esther Fernández de Paz, que señaló que Nereo «tiene sentido exactamente allí». A este respecto, recalcó que el patrimonio marítimo de Málaga «es interesantísimo, aunque no está explotado», siendo Astilleros Nereo «la punta de lanza de este patrimonio y los que tienen más medidas avanzadas para que siga siendo creativo». Para Wulff, el proyecto presentado por Nereo «es la solución».