20 de mar. de 2012

Vaya 'txalupa' ballenera en El Viajero de ELPAÍS.com

Vaya 'txalupa' ballenera en El Viajero de ELPAÍS.com
"En Ondartxo exponemos tanto naves de interés etnográfico recuperadas por la Diputación Foral de Gipuzkoa como réplicas. Usamos planos de arqueólogos subacuáticos y archivos históricos. En este sentido, se exhibe una txalupa ballenera del siglo XVI y nos disponemos a construir la nao San Juan a cuenta de la capitalidad cultural 2016 de San Sebastián". Xabi Agote es uno de los carpinteros que más y mejor saben en España del oficio artesanal casi extinguido de la carpintería de ribera. A falta de astillero-escuela, invirtió tres de sus 47 años en la escuela de construcción naval del Museo Marítimo de Maine (EE UU), y hoy se desenvolvería sin problemas en un astillero del siglo XVI. Agote, además de fundar la Asociación Albaola (www.albaola.com), es el factótum del Centro de la Cultura Marítima (Ondartxo; visitas guiadas; 943 39 24 26), situado en el fiordo de Pasajes.

6 de mar. de 2012

La goleta "Raquel C" sigue los pasos del "Hidria" y abandona el puerto de O Grove - Faro de Vigo


MANUEL MÉNDEZ - O GROVE Hace un par de años el vapor Hidria Segundo abandonaba el puerto de O Grove para instalarse en el Sur de España y buscar nuevas vías de negocio. Hace solo un par de días amarraba en Lanzarote otro de los buques insignia de la localidad meca y de toda Galicia, la goleta Raquel C. En ambos casos se trata de barcos escuela con problemas para subsistir y cuyos propietarios decidieron buscar fortuna en otros lugares. Es una nueva forma de emigración que, en el caso de la goleta Raquel C, lleva parejos infinidad de problemas que derivan en una muy compleja situación administrativa y económica, "y de lo que se trata es de buscar nuevas vías de ingreso o desaparecer", recalca Ainoa Sánchez, una de sus responsables. Después de haber organizado infinidad de actividades medioambientales y educativas, en ocasiones incluso con apoyo de la Xunta, la Raquel C llegó a perder la condición de "embarcación tradicional" cuando Portos de Galicia indicó que el reglamento que regula esa figura no contempla a este tipo de naves. Y el ente público le quitó aquel derecho después de que el mismo organismo hubiera instalado en el puerto de O Corgo un pantalán flotante "específicamente destinado a embarcaciones tradicionales especiales", entre las que citaba expresamente al Raquel C. Como se informó en su momento, incluso dejó de ser considerada "embarcación tradicional" después de haber sido la imagen de los "Encontros de Embarcación Tradicionais" celebrados el pasado verano en Carril, cuando se desplegaron acciones formativas que se recogían en un programa cuya foto de portada era, precisamente, la de esta goleta. Peder la condición de barco "tradicional", que puede parecer un mal menor, hace que la goleta no pueda beneficiarse de muchos de los proyectos en los que sí participaba antes, con apoyo de la Administración, y que tampoco pueda recibir las bonificaciones fiscales prometidas, que incluso podrían llegar al 90% de descuento en las tasas portuarias. De este modo, la Raquel C estaba obligada a pagar alrededor de 5.000 euros anuales, e incluso adeuda a Portos una cantidad cercana a los 3.000 euros. Pero claro, tras dejar de ser "embarcación tradicional" y a causa de la crisis, esta goleta ya no puede beneficiarse de los programas formativos y educativos que le reportaban ingresos, y si a esto se suman la inexistencia de exenciones fiscales y la disminución de turistas es fácil de entender que "un barco de estas características, en el que hay que gastar tanto dinero en labores de mantenimiento, no puede estar parado todo el año, quizás para trabajar solo en julio y agosto, y eso con suerte y si llegan turistas". Por eso, e incluso porque esta embarcación fue objeto de un robo aún sin esclarecer en el que perdieron diverso material, sus responsables han decidido emigrar y trasladarse a las "islas afortunadas" en busca de trabajo. Y es que allí, en Lanzarote, "incluso en temporada baja como la actual la ocupación hotelera puede rondar el 80%, y dado que alguno de los hoteles tiene capacidad para 1.500 personas, estamos hablando de mucha gente en la isla y vamos a intentar hacernos un hueco y organizar al menos uno o dos viajes diarios para que este negocio pueda ser rentable". Así lo explicaba ayer la propia Ainoa Sánchez, quien indica que "no nos quedó mas opción que marcharnos, ya que este año se presenta enormemente complicado". La goleta Raquel C zarpó sin hacer ruido y evitando el enfrentamiento con la Administración. Pero al fin y al cabo se fue, como en su día se marchó el Hidria Segundo. Un "museo flotante" que agoniza La goleta Raquel C pertenece a la Escuela de Vela Grove, que se ocupó de su restauración cuando era el Abuelos, un barco construido en 1985. Pero se reconvirtió en velero escuela cuya estampa se caracteriza por disponer de dos palos y un importante velamen. La citada escuela de vela se ocupó de la restauración entre el año 2007 y el 11 de julio de 2009, cuando se celebró la inauguración de esta goleta para, desde entonces, pasear y formar a decenas de miles de personas, pero sobre todo niños gracias a diferentes programas educativos y didácticos siempre vinculados al turismo medioambiental. La nave pasó a formar parte de lo que se consideraba "museo flotante" de O Grove, aunque en realidad ese valor museístico de la dársena de O Corgo y sus embarcaciones tradicionales nunca llegó a explotarse como tal. "No va a ser fácil, pero en Galicia ya no teníamos nada de nada" "Sin turistas con los que surcar la ría, sin escolares a los que mostrar los valores del Parque de las IIlas Atlánticas y sin ingresos que nos permitan sobrevivir, la única salida que nos quedaba era buscar otro puerto, y eso es lo que nos ha traído a Lanzarote", manifestaba ayer Ainoa Sánchez. "Estaremos aquí unos años en los que confiamos poder remontar el vuelo, para lo cual lo único que pedimos es trabajo; seguro que no va a resultar nada fácil, pero en Galicia ya no teníamos nada de nada", sentencia.

Una tradición desde el siglo XV - Diario de Mallorca

PEP CÓRCOLES Cuatro días antes de Navidad, se abre la temporada del jonquillo. Tanto es así que este suculento pescado se asocia en muchos hogares al aperitivo de la comida navideña. Es muy tradicional tomarlo en forma de croquetas (raoles en catalán). La pesca del jonquillo es ancestral y se tienen noticias de ella a partir del siglo XV. Acabada la temporada de la llampuga a finales de noviembre, muchas barcas permanecen paradas y los pescadores de vacaciones. Llegando Navidad muchos anhelan salir para empezar a capturar unos de los pescados importantes para su renta anual. Desde hace un tiempo la pesca del jonquillo está también limitada a un cierto número de capturas para evitar acabar con la especie y por las fluctuaciones de precio.
 El contingente máximo permitido es de treinta kilos por embarcación. Además, las barcas inscritas en la campaña de jonquillo no pueden faenar otro tipo de especies. El arte y su uso Se pesca con un arte específico llamado jonquiller o jonquillera que presenta varias formas según la manera en que va armada la corona de malla muy fina con la cual se coge el pescado.
La forma en que capturan el jonquillo combina las técnicas de cerco con las de arrastre. Inicialmente los pescadores localizan las molas o cardúmenes de jonquillo con la ayuda de sondas electrónicas.
Cuánto se encuentra una mola de este pescado, se marca con una boya, un cordel de hilo y un peso. Después de dar un par de vueltas para ver si es jonquillo o cabotí (Pseudaphya ferreri), puesto que este último se pesca con la misma arte, se sueltan una tralla y unas boyas hasta que llegan al pescado. Se apaga el motor y se suelta el ancla para detener completamente el barco. Cabe explicar que el jonquillo no se dispersa cuando el barco da unas vueltas para comprobar las lecturas de la sonda. Al revés, tiende a apiñarse aún más. Una vez anclado sobre el cardumen se suelta el jonquiller. La red está formada por tres partes principales: bandas, manga y corona; con una luz de malla que disminuye progresivamente a medida que se acerca al final de la manga, donde puede llegar a ser de 2 milímetros. La parte inferior de las bandas va cargada con unos pesos de plomo de forma que descanse sobre el suelo. En la superior, unos pequeños flotadores ayudan a que se mantenga abierta en forma de gran saco. Izado lento Una vez calado el arte, los pescadores comienzan a jalar de los cabos que lo sujetan a mano o con pequeños tornos eléctricos. La velocidad de izado es muy lenta para no dispersar al banco. Se efectúa desde uno de los costados de la embarcación. "El arte se desliza sobre el fondo, planchándolo pero sin arrastrar –cuenta mestre en Cosme Borràs, pescador jubilado de la cofradía de Pollença– Se trata de un arte que no daña el ecosistema. Nos interesa que no lo haga porque entre la gravilla y arena del fondo están los huevos que nos proporcionarán la pesca del año próximo".
El jonquiller engloba el cardumen con su boca y esté va transitando por la manga. El resto de especies escapa rápidamente por entre la luz de la malla o por la boca pero el jonquillo tiende a apiñarse posiblemente para parecer un animal mayor y hacer desistir al posible predador. La red se va haciendo más fina hasta que llega a la corona, el saco final, y el pescado queda atrapado.
Rentabilidad Pescar jonquillo es una tarea muy laboriosa. Aunque parezca que el cupo máximo de 30 kilos es muy restrictivo cabe explicar que muchos días la mayoría de embarcaciones no llegan a completarlo. Cada calada de la red puede suponer entre 40 minutos y una hora de trabajo, para muchas veces izar unos pocos puñados de pescado. Sin embargo, volver a puerto con sólo cinco kilos ya supone ingresar unos 200 euros.