Santa Pola brinda honor a su tradición pesquera. Esta vez en forma de barco museo. Se trata de una recreación de la vida de los marineros a bordo de un barco de arrastre de los años ochenta, el "Esteban González" que ayer volvieron a bautizar de forma simbólica.
El barco fue cedido por los propietario, la familia "Menut", al Ayuntamiento de Santa Pola en 2006 con el objetivo de que se recuperase y se convirtiese en un museo. Y esto ya se ha convertido en una realidad. Ayer por la mañana se realizó la "botadura en seco" ante la sociedad santapolera y los representantes políticos del municipio.
Componentes de una escuela Taller y de dos Talleres de Empleo, han sido los encargados del proceso de recuperación que contribuye a difundir de un modo cercano, a los nativos y a los visitantes, la cultura marinera de uno de los puertos pesqueros más importantes de la costa mediterránea.
Los alumnos y a la vez trabajadores pertenecen a distintas especialidades como la carpintería de ribera, instalación de fontanería y electricidad, pintura, electromecánica, entre otros.
La rehabilitación del barco tuvo dos fases. La primera de ellas se produjo cuando el navío estaba aún amarrado al puerto, mientras que la segunda se produjo ya en seco, y una vez trasladado a la plaza de la Constitución donde se puede visitar. Los trabajos se han extendido a lo largo de tres años, pero desde ayer hay un mes de puertas abiertas, en el que los ciudadanos pueden acudir de forma gratuita y hacer una visita guiada.
Los alumnos del Taller de Empleo de la Villa de Santa Pola son los encargados de la promoción turística y de informar a los visitantes. Para acudir, hay que hacer una reserva previa en el Acuario Municipal, ya que los grupos no pueden ser superiores a diez personas por las características de la embarcación. El proyecto ha permitido acondicionar distintas zonas de la habitabilidad del barco, tanto de la parte externa como de la interna. Al tiempo que ha ayudado en la formación de 150 jóvenes que han obtenido remuneración económica, por parte del Ayuntamiento y de la Generalitat.
El momento más destacado lo protagonizó la familia Menut con una simbólica botadura al estrellar la botella de cava sobre el casco de la nave.
El barco fue cedido por los propietario, la familia "Menut", al Ayuntamiento de Santa Pola en 2006 con el objetivo de que se recuperase y se convirtiese en un museo. Y esto ya se ha convertido en una realidad. Ayer por la mañana se realizó la "botadura en seco" ante la sociedad santapolera y los representantes políticos del municipio.
Componentes de una escuela Taller y de dos Talleres de Empleo, han sido los encargados del proceso de recuperación que contribuye a difundir de un modo cercano, a los nativos y a los visitantes, la cultura marinera de uno de los puertos pesqueros más importantes de la costa mediterránea.
Los alumnos y a la vez trabajadores pertenecen a distintas especialidades como la carpintería de ribera, instalación de fontanería y electricidad, pintura, electromecánica, entre otros.
La rehabilitación del barco tuvo dos fases. La primera de ellas se produjo cuando el navío estaba aún amarrado al puerto, mientras que la segunda se produjo ya en seco, y una vez trasladado a la plaza de la Constitución donde se puede visitar. Los trabajos se han extendido a lo largo de tres años, pero desde ayer hay un mes de puertas abiertas, en el que los ciudadanos pueden acudir de forma gratuita y hacer una visita guiada.
Los alumnos del Taller de Empleo de la Villa de Santa Pola son los encargados de la promoción turística y de informar a los visitantes. Para acudir, hay que hacer una reserva previa en el Acuario Municipal, ya que los grupos no pueden ser superiores a diez personas por las características de la embarcación. El proyecto ha permitido acondicionar distintas zonas de la habitabilidad del barco, tanto de la parte externa como de la interna. Al tiempo que ha ayudado en la formación de 150 jóvenes que han obtenido remuneración económica, por parte del Ayuntamiento y de la Generalitat.
El momento más destacado lo protagonizó la familia Menut con una simbólica botadura al estrellar la botella de cava sobre el casco de la nave.
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