La Xunta puede acabar en el juzgado tras adjudicar la goleta de 1,8 millones
Portos de Galicia, ente público dependiente de la Consellería do Mar y  presidido por José Manuel Álvarez-Campana, adjudicó la pasada semana la  construcción de su polémica goleta del siglo XIX con un coste de 1,8  millones de euros. Y lo hizo a la compañía–la Unión Temporal de Empresas  San Ciprián, formada por profesionales de la carpintería de ribera de  la Mariña lucense– que ya había anunciado antes incluso de resolver una  licitación supuestamente abierta en igualdad de oportunidades a  cualquier candidato.
El proceso, que debía escoger la mejor oferta técnica y económica de  las dos que finalmente se presentaron al concurso, no se resolvió hasta  la pasada semana. Pero mucho antes Portos y cargos del PPdeG  anunciaron en San Cibrao, donde se tiene que construir obligatoriamente  el barco, que la obra sería acometida por la empresa y los trabajadores  de la zona, no por la otra candidata, foránea pero que también se  comprometía a trasladarse a la Mariña lucense.
Confirmada ahora oficialmente esa adjudicación, la otra empresa que  se había presentado al concurso público, Astilleros de Bermeo, ha  anunciado que en los próximos días presentará un recurso administrativo  ante Portos denunciando las irregularidades que considera que se han  cometido en el proceso. Si no se atienden sus reclamaciones, el  astillero vasco advierte ya de que está dispuesto a llegar a la Justicia  ordinaria y plantearle a la Xunta un contencioso-administrativo en defensa de sus intereses.
 
 
 
Isto pasa por usar o cargo público e os cartos públicos como se foran de un. O presidente de portos xa está metido nun fregado xudicial por ir de campeón e agora quere adxudicar unha subención disfrazada de concurso público, esto é demencial, e a culpa é de todos por non decirlle a este paisano ou a quen corresponda que este non é o corral da pacheca e que cos cartos de todos non se fan experimentos para lucimento persoal. Europa e o seu espíritu ainda nos queda moi lexos nesta nosa Galicia ¡que peniña!
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