Los clubs de la Albufera se unen y crean una federación cultural
La vela latina es una tradición milenaria propia de l'Albufera que ha pasado de generación en generación hasta llegar a nuestros días. Aún así, no existe una tipificación establecida sobre las embarcaciones, las velas o los aparejos que le son propios y eso es lo que se ha conseguido con la reciente creación de la Federación Cultural de Vela Latina. Tanto es así que desde el club de Silla, que acaba de cumplir 25 años, calificaron este momento como «un momento histórico», durante el acto de presentación de la Federación y del calendario de exhibiciones del club. Una entidad que acaba de nacer con el apoyo de los clubs de vela latina de localidades ribereñas como Catarroja, Alfafar, Silla o El Palmar.
No hay mayor espectáculo en el lago que la estampa de las barcas desplegando las velas al viento y navegando como antaño hacían nuestros antepasados. Las localidades ribereñas se han afanado en conservar esta tradicional forma de navegar con la creación de asociaciones que han ido surgiendo al amparo del objetivo de preservar las tradiciones. Ahora, se ha dado un paso más en este sentido y la Federación aglutinará los esfuerzos de estos clubs en pro de la defensa del patrimonio histórico autóctono, cultural y estético del lago en el que además de la vela latina, se incluyen otras formas de navegar como la perxa o se apunta a la recuperación del oficio de calafate y la creación de escuelas de navegación a vela autóctona.
Y es que quienes más conocen la Albufera y su idiosincrasia son precisamente aquellas gentes que la respiran, la sienten y la viven cada día, y los que han heredado ese mismo sentimiento de sus padres o de sus abuelos. El caballo de batalla de la federación se ha centrado en aunar criterios y establecer la tipología de las velas.
Las embarcaciones deben ser de madera y enfibradas y además, en el sistema de poleas se impone la tradición. «Al fin y al cabo, las barcas no se fabrican para correr sino para recuperar las tradiciones y deben respetar la estética de antaño, aunque a veces es difícil encontrar los utensilios que se usaban en aquella época», explica Josep Chaqués, secretario de la federación. Otros aparatos más modernos como el GPS se descartan categóricamente.
«Hemos sido la última comunidad española en crear esta federación ahora queremos potenciar la unión y colaboración con otros clubs del Mediterráneo», aseguró Chaqués.
La vela latina es una tradición milenaria propia de l'Albufera que ha pasado de generación en generación hasta llegar a nuestros días. Aún así, no existe una tipificación establecida sobre las embarcaciones, las velas o los aparejos que le son propios y eso es lo que se ha conseguido con la reciente creación de la Federación Cultural de Vela Latina. Tanto es así que desde el club de Silla, que acaba de cumplir 25 años, calificaron este momento como «un momento histórico», durante el acto de presentación de la Federación y del calendario de exhibiciones del club. Una entidad que acaba de nacer con el apoyo de los clubs de vela latina de localidades ribereñas como Catarroja, Alfafar, Silla o El Palmar.
No hay mayor espectáculo en el lago que la estampa de las barcas desplegando las velas al viento y navegando como antaño hacían nuestros antepasados. Las localidades ribereñas se han afanado en conservar esta tradicional forma de navegar con la creación de asociaciones que han ido surgiendo al amparo del objetivo de preservar las tradiciones. Ahora, se ha dado un paso más en este sentido y la Federación aglutinará los esfuerzos de estos clubs en pro de la defensa del patrimonio histórico autóctono, cultural y estético del lago en el que además de la vela latina, se incluyen otras formas de navegar como la perxa o se apunta a la recuperación del oficio de calafate y la creación de escuelas de navegación a vela autóctona.
Y es que quienes más conocen la Albufera y su idiosincrasia son precisamente aquellas gentes que la respiran, la sienten y la viven cada día, y los que han heredado ese mismo sentimiento de sus padres o de sus abuelos. El caballo de batalla de la federación se ha centrado en aunar criterios y establecer la tipología de las velas.
Las embarcaciones deben ser de madera y enfibradas y además, en el sistema de poleas se impone la tradición. «Al fin y al cabo, las barcas no se fabrican para correr sino para recuperar las tradiciones y deben respetar la estética de antaño, aunque a veces es difícil encontrar los utensilios que se usaban en aquella época», explica Josep Chaqués, secretario de la federación. Otros aparatos más modernos como el GPS se descartan categóricamente.
«Hemos sido la última comunidad española en crear esta federación ahora queremos potenciar la unión y colaboración con otros clubs del Mediterráneo», aseguró Chaqués.
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